domingo, 19 de junio de 2011

Esta semana con:


Morirse es olvidar todas aquellas cosas por las que vale la pena vivir.

sábado, 18 de junio de 2011

Quiero creer



Parte del articulo "Locos y cuerdos" de César Hildebrandt.


Tú tienes veinte años y muchas veces quisieras volarlo todo –porque muchas cosas merecen ser voladas- y entonces viene la cordura a ponerte en tu sitio.
Viene la cordura en manada y te lanza su discurso de orden : blablablá.

Viene en mancha la cordura disfrazada de tío, de MBA, de FOZ, de Cox, de Jockey Plaza, de estudio de abogados Olaechea, y te acribilla con su catecismo, su Popper y su Friedman.

La cordura te propone algo casi irresistible: el éxito.

Y el éxito tal como lo entiende la cordura es un viaje que comienza en la página social de Expreso y termina en el cuché de Cosas. El éxito es un aumento de gramaje y un salto al satinado.

¿Quieres eso?

Bueno, si lo quieres, tómalo. Pero después no te quejes.

Cuando le hayas echado suficiente orchata a tu sangre descubrirás que el éxito de los cuerdos es también un montón de corbatas y deudas, púlpitos y peajes, una mujer con ruleros roncando a la luz de neón de tus insomnios. (O un hombre hinchado de cerveza cogido del colchón como los náufragos).

Eso es también el éxito que quieren para ti. Que pertenezcas a los clubes de playa y a la Lima de los oidores. Y que tengas hijos que repitan tus silencios, zorros de la trepandanga. Y que tus nietos sean bises dinásticos de esos temblores.

¿Quieres eso?

La cordura gana casi siempre por unanimidad. Consiste en un adiestramiento del olvido. O sea, debes olvidar que el mundo podría cambiar, que no fue siempre este hervor de hormigas adictas a las figuritas. Debes olvidar tu cólera e integrarte. Y por último, debes olvidar que has olvidado.

Por eso desconfío tanto de la cordura entendida como sometimiento y convertida en estoicismo de utilería.

Por eso estaré siempre con los locos, los desaforados y los excéntricos. Los locos que quieren cambiar este mundo monstruoso, los desaforados que prefirieron el castigo, los excéntricos que despreciaron el poder.

La cordura susurra sensateces. El acatamiento del susurro se llama experiencia. El sarro de la cordura, con los años, se viste de frac.....

domingo, 12 de junio de 2011

Instantanea intrascendente 4



La clasica foto de chispitas



abrazo en la lluvia




cosas en la neblina



autopista al infierno

prisionero liberado, lo hallamos en un cuartito en esta forma, ya no dice mucho.



autoretrato


jugadores



agenda telefónica



mi gata con su tipico mal genio.




un globo de papel que nunca voló






monkeys of sea




despues de vacaciones vimos la hierba ya crecida.




ovejas pastando a orillas del lago.




poste de luz




el lado oscuro
(limpio desde el 08-05)





propaganda politica



sujetos que dicen ser mis amigos



Un dia feliz en el muelle.

viernes, 10 de junio de 2011

la felicidad

Extrañamanente oir esta canción me pone muy contento, por cada buen cover se genera un universo paralelo como aquel en que Jose jose es en realidad una chica de pelo corto y anteojos enormes y una canción sobre la tristeza te hace sonreir por la sola belleza de sus melodias.

extraña época esta

nunca viviremos una guerra por ideales
nunca sabremos si existe el amor
nunca volveremos a ser inocentes

se perderan las palabras
y nadie jamas las leerá.

Monoxido de carbono, (un año y contando)

Regina, siempre Regina de las mejores cosas que me ocurrieron el año pasado.

domingo, 5 de junio de 2011

Turn back time

Cosas de viejos que evocan mejores tiempos, 10 años es demasiado para seguir vivo.

Sobre lo duro que es la felicidad ajena, la belleza y los toros.

No me gusta la gente feliz, porque envidio su felicidad es tan simple, la razón aparente pero no soy simple y tejo tramas de razonamiento lógico para ocultar mis miserias básicas.

No me gusta la gente feliz porque no puedo acceder a sonreír como ellos porque nunca podre respirar con tranquilidad mientras viva porque diviso las neblinas de la tragedia en cada esquina, porque soy un paranoico que solo ve los bordes manchados de la fotografía. No soy simple, la gente feliz es simple por eso funciona.

No soy simple, no me gusta la exhibición de alegrías y triunfos, ni siquiera las propias porque soy un paciente psiquitrico no diagnosticado y un sociaopata, es simple.
No puede serlo tanto o si?

No me gusta la gente feliz porque su felicidad es falsa, hipócrita, según mis canones estrctos, porque no hay merito en ser feliz, la felicidad es la ignorancia de todo lo feo y me niego a enceguecerme.

Por eso me alejo de las cosas que podrían contagiarme la mentira, porque todos rien y son jóvenes y exitosos, y no me gusta la perfección
,
Soy contrario a la busqueda de la perfeccion porque es el camino sencillo de la obediencia, porque enredo los hilos que me guían a la felicidad y me detengo a mirar los nudos perdiendo el tiempo.

Es tan facil ser feliz, encontrar la pareja ideal, hasta donde se, no se necesita pensar mucho para hacerlo, no tiene que ser simple porque?

Hay mas?

Debe haberlo, porque nada cambiara si fuera alguien mas en la fiesta, porque se seguira extinguiendo la vida terrestre. porque lloverá igual miseria sobre todita la humanidad, y me voy? De eso. El amor es la aspirina que nos da tranquilidad y sosiego y pasamos bonitas tardes de solaz, pero el cáncer subsiste y nadie se preocupa lo suficiente, porque creemos que merecemos vivir distantes de lo horrible que habita en nuestro patio..

Y las personas se aíslan se cubren de otras personas para no ver lo tragico que es todo, para no verse ellos mismos. Envejecer y morir como todo.

Te amare por siempre. Eso no impedirá que mueras, que muera gente que sea mas horrible el mundo. Parecemos niños hartados de caramelos.

El mal subsiste, y tus ojos bellos mirándome fijamente no podrán detener la muerte.

Alguien debe padecer, alguien debe ser consciente de eso.

La belleza

Porque la belleza se encuentra más pura, intensa, sublime en las cosas fangosas, no podemos comparar la alegría de la fiesta alcohólica, con la que se halla en un espontáneo juego en la nieve, tan casual, tan fisica y riesgosa tan natural y primitiva, alegría real.


No me gusta la gente feliz que es bella, exitosa y proclaman una felicidad de dentrífico, prefiero la alegría de los monstruos, de los que tienen solo un día de alegría al mes, de quienes no tiene belleza ni talento ni tendrán nunca éxito, en su accionar se despliega la energía de luchar contra la propia muerte, contra los propios demonios, luchar aunque no haya señales de un futuro mejor.

La alegría de los pacientes clínicos, de los zapatos rotos y lodosos, de caminar por un lugar oscuro y mirar la luna nacer, mientras la gente linda cena en restaurante y celebra su comodidad.

Prefiero la alegría de la lluvia, que te enferma y lo sabes y aun así la recibes, porque odias tu cuerpo físico y las ropas que se mojaran y los papeles que se estropearan, pero el espíritu despierto, juguetón revolotea en el aire húmedo y se hace fuerte.

Y no puedo concebir presionara la felicidad, hacerla huésped permanente en este cuerpo agujereado, donde hace siempre frío, incapaz de contener nada noble.

A veces viene como un pájaro de fuego volando y posa dentro y las ráfagas de viento penetran los agujeros y la llama flaquea y quiere huir, quédate quédate un poco mas, felicidad acompáñame esta noche, felicidad que es un pájaro azul. La llama se infla y proyecta figuras en el espacio, soy maldito faro mientras este dentro.

Quizá se apague o quizá huya a otro lugar donde no haya ventiscas y pose allí para siempre.

A veces despierto rodeado de personas alegres, jugando algún juego y frotándose unos con otros para provocar esa chispa de alegría que pueda encenderlos, bah pura artificialidad , me veo ahí y no puedo no se hacerlo, no se mas que salir huyendo y buscar la propia llama, ahí esta, oculta nunca necesitò a nadie, pequeña al inicio pero ilumina muy bien este paraje solitario, y hay estrellas que nadie tiene la maldita intención de ver porque están ocupados mirándose la dentadura y jugando estupideces, pero mi llama esta ahí, y sonrío y nadie me ve y hago piruetas y no hay nadie y soy feliz en mi pequeña trinchera de cordura. Quieres venir? Te entenderé si dices que no. Eso no cambiara mi mundo.

Vivimos al margen, en la periferia, fuera de cualquier circuito comercial o mental, por incapacidad si, lo siento no se nadar con ustedes pero no me llamen porque yo se volar.

Y los veré abajo pedestres y gregarios y felices, pero yo puedo volar quieres venir? Entenderé si no quieres.



Si, Prefiero la felicidad de las cintas de Kaurismaki,en bares de perdedores donde la alegría es tan parca como la tristeza, y el desamor es un dolor de niño,
la alegría del contenedor, de la sopa de caridad, de no tener nada, y sentirse real.

La felicidad me es esquiva por eso la idealizo tanto, como las personas,
Porque cada uno de mis amigos es infeliz a su modo y a su modo se arrastran para salir por el puro placer de hacerlo.

Alguien debería hacer lo correcto,


Epilogo

Era feliz entonces cuando estábamos descalzos, cruzando un badén luego de caminar horas bajo la lluvia, sin haber pescado nada en las negrocochas de Ayapata, cansados a más no poder, vino una camioneta y hombres de aspecto fiero nos invitaron a subir atrás, lo hicimos con rapidez aun sin ponernos los zapatos y nos dieron la bienvenida tres cabezas de toros recién matados, nos agarramos donde pudimos, evitando la sangre, y emprendimos el camino de retorno.

Era feliz entonces tan lejos de las personas, bajo la garua de enero, el humo de ese cigarrillo que se fundía en la neblina del paisaje verdoso intenso y esos toros tan fuertes y muertos bajo mis pies.

sábado, 4 de junio de 2011

La hora 25

Siempre recordare la primera vez que vi esta película, empezamos por la noche acomodados en una pequeña habitación un grupo de amigos entregados a la incomprendida actividad de ver películas.

Empezamos con la simpática cinta argentina Valentín, luego con la cubana Fresa y chocolate, para ese entonces algunos amigos ya se habian marchado y los demás dormían, solo quedamos dos despiertos y pusimos play a Mach Point, excelente en su cínica y pesimista visión del universo sin control.

Eran las 4 de la mañana cuando empecé a ver la Hora 25, a mi alrededor todos dormían y yo me sumergí en ese bellísimo retrato de angustia.

Amaneció a la misma hora que los protagonistas caminan hacia el muelle, el amanecer de esa última noche; y sabemos que las cosas nunca volverán a ser las mismas, el sol ya empezaba a filtrarse por la ventana mientras la musica de Terrence Blanchard me llevaba a un sueño hermoso, cualquier lugar, el desierto, cualquier lugar para olvidar la realidad.