Carta a una amiga
Hola espero que pases bien los últimos días del año, aquí ya empezaron las lluvias de diciembre; me gusta, sabes que la lluvia siempre me ha encantado, los días son grises tienen algo de melancolía, mas bien de “tristeza y alegría” parafraseando esa canción de los enanitos verdes, siento que esa sensación vaga por el aire y por las calles mojadas.
Observo a los colegiales dejando ya de ser niños, disfrutando los sinsabores del amor. Como los envidio aunque a veces pienso que la generación de uno fue la mejor y que los muchachos de ahora son idiotas, quizás no sea cierto, bueno por hoy los dejare tranquilos. Pienso en mi propia historia colegial y no me siento mejor que ellos.
Para mi el fin de año siempre tuvo tenia un carga tremenda de emociones y no lo digo por la cercanía de las fiestas y todo ese rollo de reencuentro familiar que no es lo mío sabes, sino por los “últimos días”, el fin de un ciclo, cuando por ejemplo en la escuela te cansabas de ser el mejor alumno y te desajustabas un poco la corbata, cuando usabas un lapicero de distinto color en el cuaderno y finalmente transformabas ese objeto en muchos avioncitos que bajaban impávidos por el patio de la escuela, las chicas también enloquecían solo pensando divertirse en fiestas furtivas, no las entendía y hoy tampoco.
Recuerdas las batallas por el patio del cole? las tímidas invitaciones a la fiesta de promoción, la lucha desesperada por ser recordado, construimos un baúl de recuerdos que nos durara por siempre, nostalgia, no se si la sientes tu también, quizá ahora como adulta tengas una vida muy ocupada y mi vida sea tan aburrida que solo evoco estas cosas, será porque era feliz entonces, no no quizá no lo notaba ni nadie, sabes; la felicidad es siempre retrospectiva.
Afuera continua lloviendo, he abierto esa vieja caja donde guardo cosas de la época colegial, y cogiendo un papel leo lo que dice: 26-07-01---happy day, me detengo un momento pensando que sucedió ese día para considerarlo feliz, y al descubrirlo soy feliz otra vez, entonces escribía cosas así, aunque ahora he dejado de hacerlo aun tengo algunos cheques por cobrar del banco de la nostalgia.
Hace años que no te veo, pero te recuerdo como eras, es un recuerdo borroso y tu imagen es la de algunas fotografías que conservo. Es una imagen calida, no te conocí tanto como para desencantarme, con lo visto me basta. Y lo mismo pasa con todos los viejos compañeros que talvez ahora no sean iguales, por eso no asisto a los reencuentros que con tanto entusiasmo programan tu las otras chicas; están siempre en mi como antes, son para mi siempre pequeñas hermanas mayores.
Se va sabes. La vida se va y es imposible pararla, como un tren que emprende marcha nuestras vivencias se alejan frente a nuestros ojos, a veces quisiera subirme a ese tren a la volada para que mis recuerdos estén siempre presentes, quizá eso seria la muerte; la no posibilidad de seguir madurando embarcando mas y mas vagones de recuerdos que se van perdiendo en el horizonte y no sabemos donde van.
Desearía que el paraíso sea subir por fin a ese tren y llegar al lugar donde están nuestros momentos felices acumulados, donde encontráramos a nuestros amigos de 9 años como los conocimos, de sentir la brisa de esa playa que visitamos hace años, de conocer por primera vez, una y otra vez eternamente, a la persona que amaremos siempre.
Espero verte algún día como antes.
Adiós pues
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