Es un momento importante este, como para dejar de escribirlo..
Podría ser cantado, murmurado, gritado despacio, violento, es lo hoyos de las rocas, en las playas si, en lo alto de un acantilado donde nadie pueda escucharlo, no hay nadie ahí? Nadie que pueda oír?
Es el silencio en las gargantas, son las manos ciegas,
es el final de la tierra,
Cuando todas las minas antipersonales estallen al unísono de las guitarras de todos los músicos lisiados, los millones de televisores revienten en vidrios de colores, los rascacielos inmensos sean devorados por miles de godzillas furiosos. Las catedrales liberen el mal contenido y lo conviertan en música preciosa,
-Los tambores de todas las tribus africanas, las danzas tribales, los niños alegres, las bicicletas de otoño, las tardes de mayo, los ojos cerrados mirándo(nos). -
Los pétreos fundamentos de la tierra no resistirán la furia de sus mares y se desplomarán, en una lluvia infernal de lágrimas rotas. Lo miles de millones de árboles se incendiaran, pájaros de fuego, nuestros muertos, nuestros queridos muertos alimentarán el amor de la hoguera.
Será la noche cuando las calles tienten los cielos y los cristales beban de la roja risa de los mortales...
Oh si, la agonía de saberse finito. El puñal penetrando y palpar la propia sangre, beber la misma vida, sorber el último aliento y devorar la ultima flor.
Sabernos mortales, abrazarnos sin ánimo. Deseando amarnos, intentado sobrevivirnos, a nuestra propia destrucción, la electricidad cubrirá la tierra en un concierto de voces sinceras, será el canto de adiós, acompañado de las miles de baterías furiosas, los mares de gentes que jamás conoceremos, los libros que jamás leeros serán ahogados en arena y no hablarán mas..
El cielo se llenará de ceniza de nuestros sueños calcinados, Nos quedaremos parados en medio de las carreteras de nuestra vida, el camino tan gris que nos espera.
Al final la esfera de la tierra se aplastarà devorándose así misma intentado contenerse, temblará y se quebrara de raíz, nosotros los mortales quedaremos en el vacio mirando nuestro hogar consumirse, seremos asfixiados con ella, nuestra madre, nos abrasará y pensaremos en el amor.
Las noches feraces de los confines de la tierra serán fotografiadas con los flashes de los miles de bombas nucleares, congelados, nuestra perfecta y pequeña felicidad. Resplandeciendo para siempre en el cosmos. Como una pequeña estrella.
Pequeña, dulce, finita, estrella.
Distante, ajena, desconocida.
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