lunes, 4 de octubre de 2010

Pequeñas historias de ternura (actualizable)

Soñé que tenía una familia, una linda chica a mi lado, toda la familia que necesito.
Andábamos por ahí en medio de la carretera yo le decía: mira esas montañas, me gustaría subir, ella solo reía y seguía andando sin dirección saliéndonos del camino.

Andamos por la hierba del campo, destrozábamos los sombríos con nuestras pisadas, era de tarde, como a las 4; al despertar, me sentí tan solo que pretendí dormir de nuevo, pensado en la chica, que no había visto nunca hasta ese sueño.

Pensaba en sus pantalones, re-dibujándola, sus hombros pequeños, el pelo corto, esas cosas recordaba bien pero no el rostro su rostro, solo vislumbrara siluetas, solo siluetas, su nariz o los hoyuelos que se le formaban cuando sonreía, también recordé detalles que no estaban en mi primer sueño, como el terreno en el que andábamos, era medio pantanoso y no me importaba mancharme las botas del pantalón, me sentía muy bien durante ese sueño, pero concluyo, otra vez.

Bueno -dije- quizá sea un sueño premonitorio, quizá si salgo a la calle en este instante me encuentre con la chica, así que salí, no sin antes mirarme algo en el espejo, era de tarde como en mi sueño, si me la encuentro ahora y de alguna forma logro hablarle, será un día extraordinario, -pensé- a esta hora, si la veo, le diré, hace unos minutos estaba soñando contigo, si justamente contigo, ella me mirara extrañada y pensara si estoy loco o algo así, luego le diré algo que la haga reír y le preguntare su nombre.
anduve calle abajo, siempre que salía a caminar me dirigía por inercia al centro, pero esta vez me negué a la inercia y fui en dirección opuesta, a medida que avanzaba las calles e hacían mas desiertas apenas vi algunos niños jugando en la acera, algunas personas mirando por sus ventanas, era un paisaje algo melancólico, pero yo continuaba motivado por el sueño así que seguí andando, mirando detenidamente alguna persona que fuera o viniera quizá allí estaba la chica del sueño, debí caminar mucho en estado de somnolencia, cuando anocheció, había recobrado nuevamente la lucidez, era oscuro así estuviera la chica por aquí, no podría reconocerla, decidí volver.

Al llegar a mi cuarto reconocí mi cama con gran alegría pues allí conocí a esa mujer tan fascinante. Me tendí en ella tratando de dormir evocándola.

Pero no logre soñar nada, a la mañana siguiente, me levante algo esperanzado también, Salí todo el día a caminar, buscando, a pesar de no recordar con precisión sus facciones, sabia que la reconocería en el acto, por eso era tan fácil desechar a todas las chicas que veía, ninguna era como ella.

Por la tarde tome una siesta y soñé nuevamente con ella, pero se veía diferente, yo también estaba diferente, como si fuéramos otras personas pero yo sabia que éramos nosotros. En el sueño ella estaba en una fiesta plaza en medio de una fiesta tradicional, había mucha gente y yo trataba de seguirla, era un gran tumulto de gente, música, caos, y yo apenas la veía, y la seguía ella me guiaba hacia algún lugar, eso creía, quería que saliéramos de todo eso.

En los jardines la plaza había muchas rosas y yo tome una grande, y se la di, ella que en sueño era una ex compañera mía, acepto la rosa, pero luego me la devolvió, y yo la tire por ahí. Aun así seguía amándola.

Desperté del sueño y me sentí molesto con ella por desechar la rosa, que tanto significaba para mí. (en el sueño)

Pero no podía molestarme con ella porque la amaba, estaba seguro de eso, al menos en mi sueño, de una forma que no podría reproducir en el mundo real.

Tan seguro como que era otra persona, o que se puede volar, en mis sueños la amaba, y no me importaba que huyera de mi o tirara las rosas que le daba, me gustaba compartir ese sueño con ella, era mi pasajera favorita.

Había olvidado ya la costumbre de andar por ahí, buscándola, mientras pudiera verla, en los sueños estaba bien. Fueron apenas unas semanas, en que los sueños fueron perfectos.

Luego un día cualquiera, se perdió, desapareció, no logre soñar mas con ella. No lograba evocarla. Aunque durmiera días enteros. No volvía. No recordaba mi vida antes de soñarla, aparentemente yo era una persona sana, con sueños normales, ahora solo quería dormir y dormir. Me sentía con una gran carencia, como si hubiera muerto alguien..

Pero no había perdido nada, porque en realidad nunca tuve nada, solo mi subconsciente había fabricado, una musa, ideal. Como una gran broma, después de un tiempo sufrí de insomnio, ya no podía dormir,

Años después todo volvió a la normalidad, deje de soñar con chicas y conocí algunas de carne y hueso, aunque a alguna, jamas ame a nadie como a aquella musa de los sueños, será porque mi sueño es todo mío, y es imposible compartirlo con alguien real, aunque durmamos juntos, en el sueño somos uno.

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