martes, 29 de marzo de 2011

Ayer

De repente ninguna canción parece elevarme, ningún camino sacia mis ganas de perderme, nunca había sentido tan cerca la navaja, nunca había deseado tanto apartarme de la ruta y dejar, a mas jóvenes que yo, seguir derechos al despeñadero, ya sin mi,

Nunca antes había mirado con tanto desden y falta de fe las causas mas nobles, las ideas mas raras, los ojos mas dulces.

Soy una lluvia sin campo, un kamikaze sin blanco, ningún viento es tan fuerte que me arrastre, ningún tren es tan pesado que me aplaste, ninguna mujer es tan bella que me incite a voltear la mirada y torcer los pasos, ningún recuerdo es tan presente que me inunde y me cubra, ninguna mano es etérea o musical.

Día a día vivimos la sensación de oportunidad y después llega la satisfacción de la verdad, (que no hay nada real).

De noche me cobijo en sabanas esperando hallar algo de paz, pero de entre ella con un rumor húmedo, viene el bicho con sus púas y hace su danza de la angustia... y se va, se va todo al infierno.

Y siento este infierno tan placentero porque al menos siento algo, al principio cuando reconozco que lo que duele es mi alma.

Luego vienen mis pasos de un lugar a otro de la calle entre las personas que
no conozco ni deseo conocer, entre las luces bajo la lluvia, entre las calles derruidas de mi vida, golpeada por el mar de las culpas.

Y me dices algo y no te oigo, -que dirás con tus labios inmóviles que no se descifrar-, mejor me voy antes de invocar tu nombre huracán, aunque crea que tu fuerza pueda enderezar mi choza, mejor me voy la acera contraria a tus problemas, por que si vienes no habrá lugar para mi.

Mejor me quedo en casa y cierro las puertas, me pondré a ver la televisión, así pasaremos el invierno que se acerca, y mira, de tanto hablar de miserias estas se encogieron y brilla el sol por una esquina, quédate un momento bajo su luz, yo te veré por la ventana; guardare tu ultima sonrisa, tu ultimo traspiés, tu mejor intento de abrazo y cerrare la puerta, tal vez nos veamos luego.

Hasta mañana melancolía.

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